Dentro de los grandes misterios de la humanidad, tipo de dónde venimos, a dónde vamos y quiénes somos, hay uno que ha sido sistemáticamente pasado por alto y que, sin embargo, merece la mayor de las atenciones: ¿por qué gustamos o nos gustan?
Todos hemos visto alguna vez, en Animal Planet o Discovery Channel, cómo y por qué se atraen las parejas en el mundo animal; pero nadie, por más Cosmopolitan, H, o pasquín de turno que haya leído, está en condiciones de establecer a ciencia cierta los criterios de atracción, selección y seducción de la raza humana.
Hay gente objetivamente "linda" que resulta ser espantosamente desafortunada en el amor, en tanto que hay otros, por los cuales nadie daría un peso, que arrasan con cuanto especímen se les pone adelante. Esto es muchísimo más marcado en Europa donde, y hay gente que lee este blog que no me va a dejar mentir, es por demás común y llamativa la combinación de pareja orto + caño.
Dejando de lado teorías tales como la del índice de incogibilidad del sujeto en cuestión (de la cual hablaré en otro post), el tema resulta de lo más misterioso e inexplicable a menos que, en un intento por simplificar la cuestión, se recurra a las siempre prácticas analogías.
Yo crecí en una familia de primos hombres, con lo cual no es de extrañar que, para el primer cumpleaños en el que pude emitir palabra, pidiese de regalo "un autito". Espantados, mis parientes corrieron a la juguetería más cercana a comprar Barbies y Pequeño Pony a granel.
Los últimos se convirtieron en caballería para los muñecos de Gi-Joe de mis primos, y eventualmente terminaron por resultarme simpáticos. Las Barbies, en cambio, siempre me parecieron un juguete aburridismo: al meterlas en el agua el pelo se les volvía una escoba (sí, a la sirena también); perdían la cabeza demasiado fácilmente y, si se forzaban un poquito sus toscas articulaciones, era muy probable quedarse con una pierna o un brazo en la mano. Siempre eran demasiado grandes para incluírlas en el circo o el barco pirata de los Playmobil y, para colmo, el único muñeco que cumplía con las proporciones físicas necesarias para oficiar de novio era Ken.
Ahora bien, si la Barbie era aburrida, el "Barbo" era la representación perfecta del embole más extremo. Mientras la rubia cocinaba, manejaba, iba al gym y tenía ocupaciones tan diversas como médica o astronauta, el eunuco con cara de Guillermo Andino que tenía de "pareja" no servía para nada. Viéndolo a la distancia, creo que no sería exagerado decir que, más que la pareja, Ken no era otra cosa que el amigo gay de Barbie.
Sin embargo, se sabe, Ken y Barbie representaban algo así como la quintaescencia de la belleza humana, con sus pelos rubios, sus ojos azules y sus proporciones perfectas (al menos hasta que la gente de Mattel tomó conciencia social e introdujo al mercado la Barbie afro, la Barbie oriental, la Barbie con acné y demás).
De haber sido personas, Ken y Barbie podrían ser tranquilamente una pareja de suecos: perfectos, sí, pero terriblemente aburridos.
Mis juguetes favoritos, en cambio, una vez superada la instancia de "varoncito", siempre fueron muñecos raros, deformes, y hasta medio feos, pero que en mis juegos infantiles se convertían en héroes de la primera hora, salvaban al mundo y, por supuesto, se quedaban con la chica.
Eran hombrecitos toscos, playmobils mutilados y hasta un par de tortugas ninjas, pero eso sí, tuneados a más no poder con trapos originalísimos hechos por mí, pelos y cabezas pintadas con témperas de colores y casas alucinantes hechas con cajas de zapatos, legos y papel glacé.
De haber sido personas, mis juguetes hubiesen sido italianos. Romanos, para más datos. (Los italianos del sur suelen ser escandalosamente mersas, y los del norte TAN metrosexuales que abruman).
Con el correr de los años dejé de jugar con esos muñequitos grotescos y empecé a inventar historias y aventuras con otros, los muñequitos "de verdad". De más está decir que mi división infantil sigue en pie hasta hoy, y que de todas las veces que viajé, de todas las nacionalidades que conocí y de todos los hombres con los que alguna vez estuve elijo, sin pensarlo, a un italiano antes que a un sueco. La perfección y la belleza extrema por sí mismas, a la larga, aburren.
El humor, el encanto, la elegancia, la simpatía y la seguridad en uno mismo son cualidades inherentes a la gente sexy. Y el sex-appeal, se sabe, dura toda la vida.
* Si alguien llega hasta acá googleando a Ricky Maravilla, me muero. Que avise que le regalo el disco.
viernes, 26 de octubre de 2007
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22 comentarios:
Nuestra hermana (que acaba de cumplir 25 y no, no es para tanto) hoy nos recrimina a mi hermano y a mí que sus Pequeños Ponys siempre terminaban siendo el medio de locomoción de He-Man y los suyos, aunque en aquelos años ella también se prendía en los juegos. Hoy es una mina autosuficiente e independiente. ¿Tendrá relación con aquella crianza tan varonera?
Saludos
P.D.: ¿Qué tiene que ver eso con el misterio de las atracciones? Creo que más bien poco, pero me llamó la atención la coincidencia.
Lo único que enamora de la belleza ajena es el frenesí y la admiración momentánea que despierta en uno.
Es como una movilización de hormonas, sustancias y líquidos amnióticos (ponele) que no debe ser muy diferente del efecto de ciertas drogas.
Pero claro, la chispa y química es otra droga diferente y que se puede superar a sí misma: cosa que la primera no puede porque de una estimulación interna que cada vez se vuelve más volátil, menos sorpresiva.
Mucha perorata: yo quiero fotos de sus casas de cajas de zapatos y de las Tortugas Ninja interactuando con Barbie. ¿Ya fue a la casa barbie de Scalabrini Ortíz?
Pienso que la atracción y el amor son complementarios. Te puede atraer alguien con quien no pasarías más de 4hs corridas (cogiendo), pero no enamorar.
Puede haber atracción sin amor, pero no amor sin atracción.
Un chico nos puede encantar, podemos tener una piel terrible pero no estar enamoradas.
En tanto que si estamos enamoradas es porque previamente hubo piel.. salvo que quieras jugar al TEG je.
Un beso!
FELIZ CUMPLE
Chuni
La atracción sólo puede llevar al enamoramiento, nunca al "amor". El "amor" sólo llega junto al afianzamiento de la relación.
En fin, hay que tener demasiado coraje para enamorarse, aunque hay quienes dicen que vale la pena.
Penélope, en este caso en particular, el que usted menciona, se trata de una atracción por afinidad cultural. El Río de la Plata siente la influencia de la inmigración italiana en la forma en que hablamos el castellano, en nuestra gastronomía, en la forma de relacionarnos y en tantas otras cosas más. No me diga que el tránsito en Roma no se parece al de Buenos Aires.
Y la familiaridad predispone muy bien. Nos sentimos cómodos ante aquello que nos resulta conocido. Un italiano se siente como en casa cuando viene a Argentina. Y cuando los rioplatenses vamos a Italia entendemos por qué nos comportamos de la manera que nos comportamos.
Eso es lo que tiene el petiso. Es tan mentiroso como el argentino.
Adhiero, en Europa las parejas caño + orto son la mayoría. Pero es realmente increíble.
por un lado debo decir que las mujeres no buscan belleza, o no es el principal objetivo, a la hora de buscar un partner en cualquiera de sus versiones.
la belleza es una condicion netamente femenina, por lo que son los hombres los que se sienten particularmente atraidos hacia tal cualidad. las mujeres, en cambio, buscan seguridad.
el sex-appeal de un italiano esta intimamente ligado a eso.
por otro lado, como ya dije anteriormente, a todas les gustan los italianos salvo a las italianas.
estas los conocen y saben que son mameros, pesados, pegajosos.
en cambio prefieren a los portenios porque son parecidos pero sin estos tres defectos. sobre todo porque son mas sutiles, menos desbocados.
igual la atraccion de la belleza sirve desde un punto de vista narcisistico. a todos nos gusta algo que realce nuestra imagen, aunque eso no implique encontrar amor. es como comprarse un traje armani o zapatos prada.
por otro lado, te cuento que cuando yo era chico usaba todos mis g.i.joe para armar grandes partidos de futbol. les hacia camisetas de papel y los hacia jugar.
armaba estrategias, los paraba 4-4-2, 4-3-3, 4-3-1-2 y demas sistemas tacticos (no espero q entiendas esto igualmente), los hacia atacar por las bandas, defender en zona, etc.
el suenio de mi vida era ser dt. creo que en algun lado lo sigue siendo, aunque ahora este llevando mi vida hacia otros destinos......
Andrés: En algún punto debe tener que ver, no te creas. Es evidente que en la infancia se define todo. Habría que indagar más profundamente al respecto.
M.: Es tal cual la analogía con las drogas...¿hay de esas?
Las fotos desaparecieron en alguna de las 12 mudanzas familiares, así que se las debo. Pero le cuento que una vez fui al teatro a ver "La ola verde" y me gané un premio con la casita que le hice a GROCK. De chica soñaba con ser arquitecta(?).
Andy W: Son complementarios si, pero extremadamente difíciles de encontrar juntos.
Chuni: Gracias! Totalmente de acuerdo...pero alguna vez a todas nos pasó eso de estar "casi" enamoradas. Eso de que el otro fuese perfecto en todo, divino, simpático, gracioso, inteligente y hasta lindo...pero CERO piel. Esos, después, son los mejoresamigos.
Anónimo: Claro...el enamoramiento es un estado divino, pero que duele durar poco. El "amor" llega con el largo plazo, y claro que vale la pena...pero cuesta demasiado, a veces.
Es verdad no todo pasa por la belleza de la persona con el tiempo comensamos a analizar muchas otras cosas que son tambien importantes en una relacion
pero igual tiene que haber atraccion del uno por el otro.
Estraños tus jugetes,pobre He-Man en un Pequeño Pony.
Cipolla: Me encantó que se italianice el nick, le queda bien. Y es muy cierto lo que dice: cuando viví en Roma terminé de comprobar en un 100% esa frase que dice que "lo que se hereda no se roba". El "petiso" es igual de mentiroso, y chamullero, y tramposo, y ventajero. Pero al mismo tiempo, terriblemente encantador, para qué negarlo.
Curda Floja: Es increíble. Será la envidia, será por que los argentinos vivimos pendientes de la imagen o lo que sea, pero hay combinaciones que resultan francamente inconcebibles.
Fanshawe: claro, ese justamente es el problema de los italianos. Ayer justamente hablaba con un romano de eso, y me contaba que (aunque seguramente no paraba de levantar) no entendía ni de cerca la histeria de las mujeres argentinas. Ellos, porque se la pasan buscando madres...pero son toda una fantasía.
Respecto a tu costado futbolero, entiendo tanto (poco) como para contestarte que tu formación 4-3-1-2 te da un estilo de DT "basilista". ¿No?
Marcelo: a largo plazo, la belleza pasa a segundo plano, es así.
Pobre He-man, sí. Pero She-ra estaba chocha, te juro.
Penélope, como descendiente de italianos mersas, estoy lleno de anécdotas con tanos. Hace poco comí con mi padrino, ex comisario de abordo, también descendiente de tanos mersas, y me contaba cómo morían sus compañeras cuando le hablaban los tanos. Ellas sabían que mentían, pero les encantaba tanta exageración.
Y recuerdo que conocí una vez a una abogada que había estado en Barcelona y extrañaba el juego de la coquetería con los argentinos, mucho más pícaros que los españoles. A ella no le alcanzaba con un qué bonita eres. Quería todo el arsenal que se usa acá para que te terminen cortando el rostro de todas formas.
yo digo una sola cosa : el que puede con una portenia puede con cualquiera. y eso es una ley universalmente valida.
y si, los tanos son mersa y pegajosos. de hecho las espaniolas los odian porque dicen que son todos mentirosos (lo terrible es q les gustan los argentinos. sera q no nos conocen lo suficiente)
Muy bueno el post, Penelope!!!! Yo tenía la barbie y como no había plata para el Ken, me terminaron regalando el "Men", una imitación barata del amigo gay de Barbie, pero más petiso que Barbie!!!! Creo que me fueron preparando para la bizarreada! Esta es la consecuencia de la economía argentina.
La saluda,
Una belleza esótica a la que no se mueven hace un mes!
q hermosa manera de abarcar todo un tema
lo lei todo la verdad que el tema de la atraccion es complejo, raro, diferente e indescriptible a la vez
me encanto tu blog, llegue chusmeando los fav. de otros, pero te agrego a mis propios favoritos
besos
Cipolla: mire, el viernes en el festejo de mi cumpleaños había peruanos, ingleses, australianos y UN romano, además de unos cuantos argentinos, obviamente. No importa que tan lindos fuesen los demás, no hubo una sola mujer que no preguntase por el romano en cuestión...mersas o no, tienen un encanto único.
De todas maneras, esa "cortada de rostro" de la que ud. habla, o histeria, mejor dicho, es patrimonio de ambos sexos: a veces usan todo el arsenal y después nada, un embole.
Fanshawe: no es la primera vez que escucho eso de las porteñas...de nuevo, se relaciona directamente con la histeria. Pobres tanas...no tienen idea.
Celi: Gracias! jajaj, morí con lo del "Men". Y bueno era la versión latina...obvio que iba a ser más petiso!
Kisis: Muchas gracias, y bienvenida!
BRILLANTE, LUNGUISSIMO Y ATRAPANTE ALLO STESSO TEMPO ;) EL MAYOR DE LOS MERITOS.
ADHIERO EN TODO PERO ROCHIE SIP AMO SUS BARBIES.
NO HAY COMO FRANCESCO TOTTI ;)Y LUCA TONY.
aaayyyy....LUCA TONY! Creo que los únicos partidos que ví en todo el Mundial fueron para verlo a él...
Me quedó larguísimo, tiene razón...me alegro que la haya atrapado de todas formas!! Y ahora estoy en mancanza de ideas...:( pero volveré a la brevedad!
Levantemos la bandera del histeriqueo que nos hace pasar tantos momentos de tensión! somos únicos en el manejo de esa técnica (hombres y mujeres argentinos).
Cuanta razón tenés con el tema de los juguetes, yo también disfrutaba mucho más de los juegos con mis primos entre playmovil y autitos...los pin y pon eran un pituto gordo sin movilidad, los ponys me encantaban, pero creo que el interes pasaba por ser la que lograba desenredar sus crines, con respecto a la barbies, siempre me pasaba que disfrutaba de armarles una casa, una oficina o cualquier locación, pero una vez que la tenía hecha mi juego terminaba, no tenía gracia. Lo más entrenido que recuerdo haber hecho con barbie y kent fue hacer como que se apareaban y con una amiga los apretabamos hasta casi fundirlos!
Ayelèn: la histeria es patrimonio nacional, ni hablar. Pero ya a veces es como demasiado, no??
Yo hacía lo mismo con las barbies! Lo divertido era el armado, después se acababa la gracia...y al único Ken que tuve lo tiré por el balcón, en un intento de comprobar si un pañuelo de tela y unos hilos de pizza podrían llegar a funcionar como paracaídas. Pobre Ken, murió bajo la rueda de no me acuerdo qué "bondi".
Si parece argentino, habla italiano y tiene pasaporte europeo, ¿cómo no van a preguntar por él, Penélope? Es la combinación perfecta.
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