Pensé que había perdido la capacidad de mandarme TANTAS cagadas juntas en una sola noche. Y sin embargo NO, old habits die hard, supongo. Pero lo mejor de todo fue un reencuentro, a la noche, que culminó hoy a la mañana cuando, recién despiertos, con una resaca feroz y un arrepentimiento símil, el PELOTUDO estira la mano hasta la mesa de luz y me alcanza un libro: mirá, tenés que leer esto, que te va a hacer bien.(¿?) Me lee en voz alta un Evangelio.
Pedime un taxi. Ya.
sábado, 24 de marzo de 2007
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