Por motivos que escapan a mi razonamiento, y que tendré que tratar esta semana en terapia, en los últimos posts me dediqué casi por completo a temas relacionados con las relaciones de pareja, la fidelidad, la atracciòn de sexos y demases; cuestiones todas muy interesantes que deberé abandonar urgentemente. Primero, porque temo volverme monotemática y recursiva y, segundo, porque odiaría ver este blog convertido en un pseudo-consultorio amoroso virtual, que para eso ya está el "Correo de lectores" de la Cosmo.
Cambio abruptamente de tema, entonces, para pasar a indagar en la profundidad del amplísimo y siempre bien nutrido mundo del "campo laboral".
A punto de recibirme, y a tan solo un año de cumplir un cuarto de siglo, me pareciò prudente de mi parte tomar la gran decisiòn de dejar de boludear de una vez por todas y encargarme de conseguir un trabajo "serio". "Serio", en este caso, se refiere a un trabajo que cumpliese con una serie de requisitos que no vienen al tema, pero que se relacionan con lo que en el imaginario colectivo se entiende por "trabajo": oficina, X horas diarias, obra social, ART, remuneración, aguinaldo, microcentro, "empresa multinacional", etc.
Dicho y hecho, un CV "recursos humanos approved", SEIS instancias de entrevista y un par de semanas más tarde, empecé efectivamente a trabajar en una empresa "de verdad".
Por el momento, y muy a pesar de mi intolerancia crónica, no tengo nada malo para decir al respecto. Digamos que, a grandes rasgos, "está todo bien". Ahora, como siempre me pasa, tengo unos problemas espantosos a la hora de la socialización que, en la oficina, es algo así como la clave de todo lo que existe para hacer la cotidianeidad más llevadera.
Léase: no veo televisión, no tengo paciencia para contestar de buena manera cuando me preguntan "¿De qué cuadro sos?", dejé de ver cine argentino después de "El hijo de la novia", no prendo la radio desde el 2002, no leo de los diarios más que los suplementos culturales, la música nacional me altera el sistema nervioso y ah, NO, no tomo mate, ni tampoco como "faturas", ni bizcochos, ni ninguna de esas poquerías saturadas de grasa y carbohidratos que se degluten bestialmente en habitats laborales.
Es decir, en pocas palabras, para el universo oficinístico vengo a ser algo así como una planta con la que no hay mucho de qué hablar, pero soy demasiado terca como para sucumbir ante la presión del pandillismo y terminar cayendo en los lugares comunes de la charla trivial en el ámbito de trabajo. En principio parecería evidente que, para distraerme, no me queda otra que recurrir -como tantos miles de trabajadores opiados- al infinito refugio del mundo virtual.
Pero no, ni siquiera eso: en la maravillosa empresa de la que ahora formo parte el "boludeo" no solo no está bien visto, sino que está terminantemente prohibido: no puedo chequear mails, ni entrar al twitter, ni divagar en el blog, ni -por supuesto- hacer uso del msn. Es decir, mi vida social, tal como la conocía hasta ahora, está a punto de entrar en un período oscuro y silencioso, al menos en el horario laboral de lunes a viernes de 10 a 19.
Como contrapartida, supongo, y por lo menos hasta que encuentre la forma de trampear el sistema, mi productividad y desempeño se verán incrementados a niveles extraordinarios. Eso, o moriré de tedio y desesperación en el intento.
domingo, 4 de noviembre de 2007
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17 comentarios:
ahora si, me debes el detalle completo de tu nueva experiencia laboral.... todavia espero tu mail (de hecho el jueves me lo ibas a mandar).
jaja, no, no sé qué pasó que apareciò una entrada vacía. Esta bien que ando poco inspirada, pero tampoco para tanto.
Espero que le dure poco, lo suficiente como para darse cuenta de cosas que ya sabe. La asfixia, el tedio, la productividad, la "seriedad". En fin, el catálogo completo de cualidades que transforman al ser humano en un verdadero pelotudo y que tienen que ver con la entrada anterior que habla de estar casado y cumplir con la domesticación requerida. ¿Qué quiere que le diga? Está hablando de lo mismo pero en dos campos distintos de la vida.
Guárdeme un lugar en África, Fanshawe.
Te acompaño en el sentimiento
El panotismo de Focault impuesto para las oficinas, sumando a los bajos salarios, inevitablemente rebela al empleado siempre vicioso de buscar sus beneficios hedonistas. Esto es ley Juliet, si detràs de cada oficina se esconde el puterìo...el vicio de la trampa nunca escapa en las relaciones humanas.y la mediocridad navega en submarino, sólo con alas incorporadas nos protegemos de tanto veneno que busca acosarnos
no mira la tele, ni ve cine nacional, ni escucha la radio, ni come facturas, ni bizcochos:
TENGO MUCHO QUE APRENDER DE PENELOPE!!!
Tiene que encontrar la manera!
desgraciada o afortunadamente el ser humano a todo se adapta, pero no es el tema.
espero de todos modos que sepa hallar el vericueto.
despues me borra tooooodo el historial, shh
la gente que come facturas es de felicidad facil, la que escucha rock nacional tiene pésimo gusto, la que escucha radio es mediocre, y los que hablan de fútbol en la oficina, tienden a ser ligeramente infradotados.
Usted está condenada al éxito. Pronto va a descubrir cómo violar ese sistema represor que la priva de internet y el boludismo digital y sentirse plenamente realizada.
Fanshawe: Bueno, ahora yo espero que me contestes.
Cebolla: totalmente, ya lo sè. El tema es que yo soy muy curiosa y necesito experimentar todo "del otro lado". Veremos còmo me va.
Mechas: gracias miles
Mlz: cuànta verdad..."el vicio de la trampa nunca escapa en las relaciones humanas"...
Valentina: jaja, no te creas eh...hay muchas cosas que hago muy mal, tambièn!
Rochies: ay es que tengo las pàginas bloqueadas, directamente!!!
Espero no adaptarme DEMASIADO igual...
M.: Ay gracias, ojalà. Espero descubrirlo pronto...por ahora me limito a hacerme la linda con los geeks de sistemas, a ver si se copan y me habilitan el hotmail.
Penélope!! que triste un trabajo así! Como sobrevivís las horas ahi adentro????
El mate genera acercamiento y grandes charlas.. no estaría mal que lo implementes... se te pasaría mas rapido el tiempo
Un beso
Chuni
penelope pero ud trabaja con dictadores de la mas baja estirpe.
no se acostumbre! hay vida mas alla de ese place, no lo olvide.
Tranqui, Penélope, son los primeros días nomás. Lo malo sería que tus compañeras te empiecen a hablar de tipos, eso harrrrrrtaaaa.
Olor a huevos, futbol y faturas siempre hay, pero como decis, termina a las 7, acordate de ese antro en el que trabajamos juntas. Ahi tampoco podíamos chequear mails y olía a telaraña.
Te quiero mucho.
después de una larga ausencia y de leer este post te pregunto (nuevamente)...
y si probás de laburar de algo-que-te-apasione?
ojo... igual...
peor que no te guste el mate, que no te gusten los bizcochos, las "faturas" (si de grasa y reventada de crema pastelera, mejor), el "fulbol" del domingo y socializar es... que te guste todo eso y no poder hacerlo....
hay cosas que están muy bien, pero no parecen...
abrazo
Facundo!
PD: siempre entretenido tu blog
vas a tener que encontrarle la vuelta ya que nueve horas de tu dia estas en ese lugar y el lugar no debe cambiar tu esencia
De a poco tomar las riendas del destino..."1 años, 2, tengo que estar viviendo cono deseo" sin importar cual sea esa forma.
Chuni: me la paso chequeando el bizarro del Infobae cada 2 minutos, otra no me queda. Y lo del mate no sè, lo tendrìa que pensar...aunque ya encontrè troupe de cafeteros como yo, vamos mejorando.
Rochies: no son dictadores, "buscan optimizar el rendimiento", dicen ellos. No se preocupe, ni acostumbrarme ni sucumbir al sistema estàn en mis planes.
Celi: tarrrrrrde...ya saliò el tema, obviamente. Igual no sè si es peor que ella hablen de tipos o que ellos griten cada dos minutos "pero que buen orrrt...tiene fulana". jaja, tenès razòn que olìa a telaraña, que asquete!! Para mì que eran las alfombras "recicladas".
Facundo: pero què maravilla verlo por aca nuevamente! Es cierto lo que decìs...pero de todas formas, en este caso, el laburo me gusta muchìsimo. Por eso estoy dispuesta a tolerar estos controles de gestapo laboral...al menos hasta que encuentre uno que verdaderamente me apasione, supongo.
Marcelo: la clave està en no dejarse cambiar la esencia, obvio.
Anònimo: de a poco. Es por ese objetivo que uno se somete a ir cumpliendo pasos molestos, pero necesarios.
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