martes, 27 de febrero de 2007

Profesiones infames

Hoy estaba en mi clase de Yoga, actividad que atinadamente retomé después de meses de ausencia, y uno de mis compañeritos yoguins dijo en un momento "no, tal cosa hacela vos, que sos la buena". Por poco no se me cae una lágrima...es cierto, en Yoga SOY buena, y potencialmente podría ser REALMENTE buena. Por primera vez en mi vida demuestro pericia en una actividad que involucra algún tipo de esfuerzo físico.
Lo cierto es que en el colegio era un queso en gimnasia, mal. No sólo era malísima, sino que la odiaba con toda el alma, me parecía increíblemente inútil y, por sobretodas las cosas, les tenía una aversión terrible a todos los profes. Juro que eso era lo que más me irritaba de las 2 estúpidas horas semanales dedicadas a la actividad física en el colegio: los profes.
Ahora que soy más grande y no me genera ningún trauma el temita de ser pésima en atletismo, por ejemplo, lo analizo desde otro punto de vista...o sea, en serio, ¿a quién se le ocurre ser profe de educación física?
Veamos:
1) Tu sueldo va a ser siempre una verguenza, no importa que les tomes el test de cooper a párvulos del Normal 1 o arengues a los descerebrados que practican rugby en cualquier institución very british.
2) Es prácticamente imposible que escapes al destino de casarte con otro imbécil de tu estirpe o, como mucho y si tu ambición es desmedida, terminarás emparejándote con el/la profe de geografía de 7mo grado, quien a su vez te pondrá los cuernos con algún colega que te supere en profundidad intelectual (jua), tipo el/la profe de música. Para tu humillación extrema, serás la comidilla de toda la institución, quienes comentarán el incidente a tus espaldas en la sala de profesores.
3) Tus hijos estarán condenados a asistir a la institución en la que te desempeñás "profesionalmente" y, por ende, a ser la burla permanente de sus compañeros por a) ser hijos del profe y 2) estar becados por ser pobres (remitirse al punto 1)
4) Tu guardarropas se reducirá a una ridícula cantidad de espantosas jogginetas (que calzarás hasta muy por encima de tu ombligo, si eres hombre, o te harán lucir un culo de tres cuerpos de ancho, si eres mujer) y repulsivas zapatishas deportivas, ítems en los cuales invertirás la mayor parte de tu indigno sueldo, cada vez que con tu cónyuge y "los pibes" se dirijan de excursión al Auchán mall, convenientemente ubicado en Quilmes, La Matanza y Aveshaneda.

Ahora que lo pienso, igual, me parece que sería una experiencia alucinante ir a tomar un par de clases de...de lo que sea a lo que uno tenga que anotarse para recibirse (buoh) de este oficio..Educación física será? ¿LICENCIANTURA en Ed. Física, tal vez? Kiorror... de todas maneras, la experiencia sería interesante...allí podría uno divertirse imaginando los varipintos destinos de sus compañeros...profe de softball, instructor de gym de barrio, coordinador de campamentos y, el que aspira a más...Personal Trainer. Aquí pueden leer un post infinitamente mejor que cualquier cosa que yo podría decir sobre estas diferencias.

2 comentarios:

Nituni dijo...

Aborrecia las clases de educacion fisica cuando iba al colegio, sobretodo porque los profesores eran unos imbeciles sin la menor vocacion ni ganas de enseñar. Recuerdo que contaba los dias en "clases de gimnasia", por ejemplo, me faltan 10 clases de gimnasia para llegar a las vacaciones, como si fuera la cantidad de dias de sufrimiento que debia soportar aun. Por suerte, ya paso.
Saludos!

Penelope Glamour dijo...

Tal cual!! Yo hacía lo mismo...cada vez que nos negábamos a hacer gimnasia te ponían SAF (Sin Actividad Física). A fin de año tenía el 85% de las clases SAF. Que tortura! Y lo peor es que los pedorros profesores disfrutaban haciendote sufrir, mal.
Saludos!